A lo largo de la vida adulta la persona va elaborando una idea de sí misma. Uno no puede saber quién es si no conoce sus circunstancias: el medio en el que se desenvuelve. Por ejemplo, la clase social de su familia, la historia del país dónde vive, la generación a la que pertenece, la civilización a la que está vinculado, el momento histórico en el que está inmerso, etc. Conocer nuestra circunstancia, lo logramos a través de la educación que recibimos.La identidad es algo dinámico y fruto de la interacción de muchos aspectos. Por eso es tan difícil de apresar, tan compleja y tan cambiante.Esto no debe preocuparnos.Así es la vida.La identidad no es una cosa que se tiene de una vez por todas, es algo que se va forjando y nunca se termina de modelar del todo.
Descubrir quién es uno está íntimamente relacionado con la definición precisa de un programa vital: qué voy a hacer en la vida.
Es primordial ser fiel al programa de vida trazado. Sólo la fidelidad a ese plan nos dará fuerza y serenidad para afrontar las dificultades de todo tipo que nos saldrán al paso. Conocernos nos hace más libres.
Aunque la gente no lo quiera reconocer, uno de los miedos más paralizantes que hay es el miedo a la libertad. La libertad conlleva responsabilidad hacia uno mismo, hacia la naturaleza, hacia nuestros semejantes. ¿Por qué es tan difícil conocerse? muchos son los obstáculos que se interponen: unos provienen de uno mismo, otros del medio que nos rodea. Conocer los obstáculos es imprescindible para superarlos. Al conocerlos es posible sortearlos. De otro modo sería como caminar de noche en un camino lleno de trampas.
El primero y fundamental es que no somos transparentes para nosotros mismos.Lo motivos profundos de nuestra conducta permanecen velados para nosotros mísmos.El inconsciente es una fuerza oculta que dirige, aunque no completamente, nuestras acciones. Esto supone un esfuerzo supremo de sinceridad con nosotros mismos para no engañarnos. ¿Es posible conocer el inconsciente? ¿Conocer lo que no se puede conocer? Sólo de un modo parcial e indirecto: por un proceso de deducción a través de los síntomas. Hay un inconsciente positivo y otro negativo. El primero nos inspira lazos de afecto, cuidado y comunión. El segundo, retraimiento sobre nuestro propio yo, distancia, aislamiento y alejamiento de otros. De modo que se produce una situación paradójica: vamos hacia nosotros mismo a tientas, sin saber claramente donde llegaremos, Haciendo el camino, como decía A.Machado, al andar.No se trata de obsesionarse por una identidad propia. Se hace poco a poco en nosotros, sin forzar las cosas. Pero hay que saber que existen diferencias entre CÓMO SOY realmente y CÓMO CREO QUE SOY.
Lo mismo que los espejos nos ayudan a saber cómo somos físicamente, de modo que podamos ajustar nuestra imagen imaginada a la real, también hay espejos psicológicos. ¿Quiénes son los espejos psicológicos? los hay exteriores e interiore.
Los exteriores ¿Qué nos dicen los otros sobre nosotros mismos? A veces nos devuelven una imagen feliz de nosotros mientras que otras nos la devuelven fea. No siempre, sin embargo, aciertan ni cuando es feliz ni cuando es infeliz.
Hay, pues, diferencias no sólo entre como soy realmente y cómo dicen los demás que soy, sino también entre como creemos ser.
¿Hasta qué punto debemos hacer caso a las opiniones ajenas sobre nosotros mismos? Can mucha cautela: sólo aquellos que se sienten responsables de nosotros o que nos quieren. Nunca de nadie que nos insulta, nos arremete, nos envidia o simplemente, proyecta en nosotros sus propias dificultades o defectos. Eso mismo nos es aplicable a nosotros: nunca debemos enviar imágenes falsas de los otros, lo más certeras que nos sea posible. También hay un espejo interior. Pero éste es de otro tipo: nos dice , cómo nos gustaría ser, no como somos, lo que podríamos llamar el yo ideal.
Este espejo ti8ene un problema principal, no nos previene contra la vanidad. Hay que estar muy atento para no caer en ese defecto, ni en su contrario: los sentimientos de inferioridad.
Hay un espejo, todavía más interior que el anterior, éste nos dice cómo deberíamos ser. Este espejo compara la bondad de nuestras acciones con la bondad ideal. Éste espejo tiene el problema de ser muy exigente, a veces, demasiado. Hay que aprender a dialogar con él para que no nos tiranice. Pero nunca debemos romperlo porque entonces caeríamos en el defecto opuesto: arbitrariedad, falta de escrúpulos, egoísmo.
Todos los seres humanos, sin excepción alguna, poseemos una identidad compuesta. Veamos pues, la cantidad de identidades, que virtualmente existen: 1) cómo somos realmente,2) cómo creemos ser, 3) cómo nos ven los demás,4) cómo nos gustaría ser y 5) cómo deberíamos ser. Se ve ahora la dificultad que entraña elaborar una identidad propia, fija, irrompible y sólida. No somos de una sola pieza, habría que añadir, para complicar más las cosas, otras dos identidades: 6) cómo les gustaría a los demás que fuéramos (yo social ideal) y 7) cómo deberíamos ser según la sociedad (yo social moral).
Antes éste panorama, debemos armarnos convenientemente.
¿Cuáles son nuestras principales ayudas? : La inteligencia que se expresa a través de la capacidad de hacer y hacernos preguntas, la amistad con otros a los que les pasa lo mismo y con quienes podemos compartir las experiencias, la guía sabia de quienes nos preceden en esta tarea, sus consejos, la voluntad, para no abandonar la tarea a la mitad del camino, el amor, que es la energía que potencia todas nuestras facultades.
Hay distintas formas de desarrollar la capacidad de examinarse para conocerse:los diarios que uno puede escribir, la cartas que puede intercambiar las personas que están lejos.También lecturas de otros diarios, biografías, autobiografías o de correspondencia entre amigos. El hombre desarrollado es una mezcla de lector y escritor.
Uno no puede orientarse en solo en la vida, necesita consejos y figuras de referencia. Es necesario ser receptivo a esos influjos, no para repetir o copiar otras formas de ser y de estar en la vida, no, sino para forjarse una personalidad original, propia que vaya más lejos, más allá de los modelos precedentes.. Pero sólo si nos apoyamos en los hombros de los que nos han precedido podremos mirar el horizonte con más amplitud.
La voluntad hay que alimentarla, desarrollarla, fortalecerla y tonificarla.
El amor a la belleza y el amor a una persona están relacionados.Tanto es así que es muy difícil producir obras de arte, crear belleza, si el artista no está enamorado. Poesía, música, pintura, danza, fotografía, cine. Quien cultiva estas actividades, ya sea como emisor o como receptor, verá ampliados sus horizontes vitales. Son actividades que por sí solas nos hacen mejores en todos los sentidos. Nos expanden, nos lanzan, nos elevan,…..Nos ayudan, nos consuelan de los sinsabores, de los dolores que lleva aparejada la existencia humana.
Vemos la importancia de hacerse preguntas sobre uno mismo: ¿Quién soy? ¿Por qué existo? Hacerse preguntas sobre uno mismo es preguntar por el sentido mismo de la vida. ¿Tiene sentido la vida? ¿Cuál es el sentido de mi vida? Es muy difícil huir de esas preguntas: parece como si se hicieran en nosotros por el solo hecho de estar vivos. Se hacen a nuestro pesar. Cada uno ha de encontrar una respuesta, aunque sea la negación del sentido, la aceptación de que la vida no tiene ningún sentido. Pero es preferible llegar a esa conclusión que negarse a plantearse la pregunta clave. Esta es la peor opción porque comporta una vida anodina, mediocre, vulgar, gris. Lo mismo que nunca alcanzaremos una identidad definida ni definitiva, siempre estaremos en camino a ella, a punto de alcanzarla, tampoco nunca encontraremos el sentido completo, final de la vida.La vida es porque sí.
La rosa es porque sí. Florece porque florece.
Bibliografía:
"El desarrollo psicológico a lo largo de la vida"
Autores: Sonia Mariscal, Gimenez-Dasí, Carriedo,...
Editorial : Mcgraw Hill(2009)